Espectaculares paisajes, ciudades cosmopolitas y cultura viva, Argentina es el paraíso de todos.
Se extiende 3500 km de norte a sur y ofrece una amplia gama de geografías y climas con una población de un poco más de 40 millones de personas. Con 40% de esa gente concentrada en Buenos Aires, el resto del país ofrece increíbles espacios abiertos donde uno puede deleitarse con los paisajes naturales e imponentes.
Argentina es segura, amigable y más europea que Europa misma pero con los servicios y gastos a una fracción del precio. Los excelentes valores de hoy hacen que las tradiciones culturales, los impresionantes escenarios, las ciudades cosmopolitas y los pueblos tranquilos y rurales sean más atractivos que nunca.
Una de las provincias argentinas más antiguas y pintorescas, Salta se caracteriza por su arquitectura intrincada y bien preservada, una perpetua cultura antigua, desiertos que parecen pintados, valles fértiles y frondosos, cerros nevados y selvas tropicales.
Influenciada por la cultura incaica antigua, la región es reconocida por sus artesanías, vinos finos, y su gente amigable y cálida. A pesar de la abundancia en cualidades, Salta es un rincón de la Argentina que aún no está descubierta, donde la cultura y los valores todavía están presentes y son pasados de generación en generación. La ciudad de Salta es la puerta hacia los Valles Calchaquíes, hogar de la tranquila Cafayate.
Cafayate, ubicada en el centro de los Valles Calchaquíes, es una de las regiones de vino premium de la Argentina y es más conocido por el excelente Torrontés. También se lo reconoce por su encanto colonial, su impresionante arquitectura y sus paisajes interesantes. Además de las varias bodegas que ofrece el pueblo, también hay una catedral importante por su arquitectura, una plaza llena de vida, un Museo de Vino y un molino de harina de 350 años que aún funciona.
Ubicado a los pies de los imponentes cerros andinos, Cafayate está rodeado de espectaculares médanos ondulantes y filas interminables de viñedos. Respirar el aire puro de la montaña. Aquí, el ritmo de la vida es calmo y tranquilo y lo suficientemente lejos de cualquier ciudad para poder apreciarlo. La mejor forma de disfrutar esta región es someterse a su ritmo.